Los goles de Paula y Maite rescataron el segundo triunfo (2-1) seguido para el Castellonense en la Liga Valenta, en un partido muy gris en el que los méritos tanto de las ribereñas como del Rojales, que se metió en el partido al final, fueron muy escasos.
Seguro que, en una rueda de prensa posterior al partido, ni Mesa ni su homónima alicantina pudieron haber dicho eso de “se siguió el plan de partido”. Imposible. El calor desde el inicio - el mercurio marcó 35º- hizo presagiar un ritmo de partido algo más bajo de lo habitual, sin embargo, a eso se le unieron muchos malos ingredientes que llevaron la imagen general a un terreno indolente y tedioso. Nulo orden, pases a ningún lado y, a ratos, falta de ambición y actitud por querer revertir la situación, hicieron que la primera parte parecieran tres. Hubo que esperar hasta el minuto 32 para ver algo parecido a un tiro a puerta que practicó Nadia y que no tuvo peligro alguno sobre la meta visitante. Tan solo una genialidad -no parecía el día-, un error grosero o el balón parado, podían hacer que se moviese el marcador. Y así fue. Pasada la media, Paula, quizás una de las que más actitud mostró por querer cambiar algo lo que se estaba viendo, presionó hasta forzar un saque de esquina del que fue protagonista para romper la igualada. Nerea lo ejecutó con precisión al corazón del área y la de Quesa apareció, totalmente libre de marca, para romper un 0-0 que parecía inamovible. Y nada más destacable pasó, porque las rivales ni siquiera pudieron llegar con un mínimo de claridad hasta la portería ribereña para practicar algún disparo.
Tras pasar por vestuarios, se multiplicaron los acercamientos, aunque sin llegar a convertirlos en ocasiones que complicaran el trabajo de las porteras. En minuto 58 Anna tuvo en sus botas ampliar el resultado tras recoger un balón entregado por Mery, pero la delantera le pegó muy defectuoso. Lo mismo hizo Daniela dos minutos después con todo a favor y una ejecución similar. Pasada la hora de partido, el Rojales comenzó a hacer apariciones intermitentes por las inmediaciones del área de Aroa y en una de tantas gozaron de su única ocasión hasta el momento con un lanzamiento que lamió el larguero. Acto seguido, Patri abandonó la defensa, se incorporó al ataque y vio el desmarque de Maite que, sin presión defensiva alguna, regateó a la portera antes de apuntarse el 2-0. Entonces llegaron los mejores minutos de las visitantes que pudieron recortar con una ocasión en el interior del área que repelió Aroa. Sí lo hicieron cuando apenas quedaba tiempo gracias a un saque de esquina que remataron con relativa facilidad en el segundo palo, aunque el signo del partido ya no cambió.
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