El Castellonense, lejos de olvidar los desajustes de la pasada jornada, cometió errores en la zaga fruto de una fragilidad defensiva puntual, pero mortal, que provocaron la segunda derrota consecutiva. Un gol en propia puerta antes del descanso y otro de Rocío Saúco con media hora por delante, le acercaron a poder puntuar, pero el Mislata B terminó llevándose el partido por 2-3.
Sergio Mesa volvió a tocar el once. No ha repetido ninguno en este arranque de la Liga Valenta. La principal novedad estuvo en la portería con el debut de la recién llegada María García -ya ha utilizado tres porteras en cuatro jornadas- y la titularidad en punta de Anna Cantus.
El encuentro estuvo igualado en los primeros compases. El filial, descarado y rápido en ataque, ponía la directa cuando pisaba terreno ribereño. A los 15 minutos, en una jugada por banda, avisaron, pero el disparo se fue desviado. El Castellonense masticaba más la circulación y en el 20’ tuvo la más clara. Nerea filtró un balón recogido por Anna que se precipitó. La delantera, totalmente sola, mandó el esférico al cuerpo de la portera. A tres minutos del asueto todo empezó a moverse. El Mislata encontró premio (0-1) en una triangulación bien hilada y terminada con un disparo de primeras. Con fortuna, las ribereñas empataron con un gol en propia puerta tras un rebote casi de forma ipso facta. Un minuto después, María García intervino metiendo la pierna para desviar el que hubiese sido el segundo visitante en unos minutos muy intensos.
En el arranque del segundo tiempo, las albinegras volvieron a encajar como ya ocurrió en L’Eliana. La defensa se desajustó intentado tapar un centro y una rival disparó totalmente sola en el área pequeña. Mesa agitó el avispero e hizo tres cambios que en 30 segundos dieron frutos. Rocío Saúco, recién entrada, hizo su primer gol en la categoría finalizando con temple un mano a mano precedido de una subida por banda de Conejero y una asistencia de Maite tras una pared. La de Sant Joanet, muy enchufada, tuvo dos más que desbarató la portera. En la segunda, Conejero no pudo embocar a la red por poco. El Mislata aguantó las embestidas y en una jugada por el centro vio un hueco demasiado grande, se metió hasta dentro y logró el 2-3. Sandra, de cabeza, tuvo la oportunidad de empatar, pero se le marchó pegado al palo.
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