Toño González pedía horas antes un partido de diez de sus futbolistas para acudir con ciertas garantías y dependiendo de ellos mismos a la vuelta en la final del ascenso. El CD Lalín no logró deshacer el empate sin goles ante un ultradefensivo Eume Deportivo, por lo que todo queda por decidir en la vuelta en Pontedeume. Allí tocará ganar para regresar a la Regional Preferente. Si los jugadores quizás no llegaron a matrícula de honor, aunque no se les puede reprochar nada, con un titánico esfuerzo sobre el césped en busca de desnivelar el marcador, quienes si estuvieron de diez fueron los aficionados rojinegros. Desde el mediodía en la Praza da Igrexa comenzaron a alentar al equipo, al que hicieron paseíllo en su llegando al estadio municipal Manuel Anxo Cortizo. Seguro que habría que retrotraerse bastante el en el tiempo para ver las gradas repletas de público como este domingo, con más de un millar de seguidores, también una pequeña proporción procedentes de Pontedeume.
Desde el primer minuto el CD Lalín saltó al césped apretando al rival, con el control del balón frente a un Eume con las líneas retrasadas para evitar riesgos y apelando a la defensa para lograr un resultado abierto ante la vuelta en su casa. Los rojinegros lograban algunas ocasiones que no se traducían en gol, en especial por la buena actuación del portero rival. Incluso hubo un tiro al larguero que por centímetros no se convertía en el primer tanto del choque.
Tras una brillante primera parte, con opciones de marcar, las condiciones meteorológicas quisieron tener también protagonismo. Tanto la lluvia como las rachas de viento dificultaron el juego en la segunda mitad, con menos acierto en sus decisiones de los locales, quizás presionados por el avance de los minutos sin lograr desnivelar el marcador. Un 0-0 que deja todo por decidir en los 90 minutos a disputar en A Gándara este fin de semana. Tocará de nuevo pelear por un partido de diez, rojinegro.
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