El partido que ayer disputaron San Fernando y Los Palacios no pasará a los anales de la historia del fútbol por su brillantez, ni entretenimiento. Lo hará, posiblemente, porque significó la primera victoria del equipo azulino en el año 2011, en un momento complicado y con mucho sufrimiento.
El equipo de Antonio Iriondo echa de menos sus efectivos, esos con los que no puede contar el técnico vasco. Y eso se traduce en que, para ganar un encuentro, los que salen tienen que sufrir un tormento, trabajar el doscientos por cien y hacer las cosas muy, muy bien para lograr que no se escape la victoria.
Esa fue la clave ayer. No complicarse más de lo debido, trabajar sin fatiga y estar ordenado. Y, al fin y al cabo se consiguió el objetivo, ganar. Eso de jugar bien, ya vendrá con el tiempo.
Iriondo dispuso de lo que tenía y lo organizó con tres centrales y dos carrileros de largo recorrido, dejó a Sachetti la totalidad de la zona ancha, donde el argentino es incombustible y, donde teóricamente debían de estar Rodiel y Carlitos, colocó a Iván Guerrero, partidaz...
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