Texto: Vicent Masià © 2009
El Terrassa F.C. desde algunos años antes del descenso es una sociedad moderna, aunque su economía empieza a sufrir demasiados vaivenes que le hacen zozobrar en picado. Producto de estos males económicos, la pérdida de potencial deportivo es cada vez más evidente y las clasificaciones más rezagadas. A principios de 2009, estando el club bajo la presidencia de Kiko Sánchez entra bajo el efecto de la Ley Concursal por una deuda contraída que se estima alrededor de los tres millones de euros, llegándose al término de la temporada con una deuda sobre los jugadores de cerca de trescientos cincuenta mil euros. Estos denuncian al club y dada la inviabilidad del proyecto el magistrado del Juzgado Mercantil decreta la liquidación de la S.A.D., dando por extinguidos noventa y tres años de historia. Acto seguido se pone en subasta la unidad productiva y la plaza en Segunda División B a la que optan tres candidaturas, siendo la de Terrassa F.C. Sports S.L. liderada por Kiko Sánchez (las otras dos son la de Anabel Junyent respaldada por la Fundación del Terrassa F.C. y tercera Promosport S.L.), quien adquiere los derechos mediante subasta realizada el 29 de junio de 2009 por tan sólo seis mil euros y satisfaciendo la deuda contraída con los jugadores.
La adquisión del Terrassa F.C. por parte de la empresa Terrassa Fútbol Club Sports S.L. significa una revolución en el estamento competitivo y en especial el futbolístico gracias a la controvertida decisión del juez José María Ribelles Arellano, titular del Juzgado Mercantil de Barcelona nº 2 que lleva el caso, puesto que esta sentencia significa un caso inaudito en el fútbol español al otorgar la regencia de un club deportivo a una sociedad limitada, acto contrario a las reglas establecidas por la Ley del Deporte que establecen que ningún club con forma jurídica mercantil, sea Sociedad Anónima ó Sociedad Limitada, puede participar en categoría de fútbol profesional. Es decir, dado el carácter semiprofesional de la Segunda División B y el carácter mercantil del nuevo club, los rectores de la empresa aprovechan hábilmente este vacío legal y consiguen competir en Segunda B pagando solamente los derechos de la plaza más las deudas respecto a los jugadores, librándose de hacer lo mismo con los acreedores. La RFEF derrotada por el magistrado barcelonés no tiene más remedio que el de acatar la orden judicial y admitir al club egarense en la categoría para la campaña 09/10, estudiando modificar su reglamentación lo antes posible para evitar que hechos como este vuelvan en el futuro a repetirse.
El nuevo club es denominado oficialmente Terrassa Olímpica 2010 S.A.D., aunque puede emplear el nombre de Terrassa F.C. a nivel comercial como el anterior gracias a la adquisión del nombre en la subasta, aunque no a nivel deportivo, una decisión que luego no es respetada por muchos medios incluida la propia RFEF. Deportivamente la sesión 09/10 es un caos para la nueva entidad rojilla y con una plantilla muy ajustada ocupa el puesto de colista desde principio a fin, sumando durante todo el torneo tan sólo seis victorias y siete empates, un bagaje muy corto para su supervivencia en la categoría. Su futuro no es muy halagador y sumido en Tercera División se esperan años difíciles.
El 16/7/2019 recupera el nombre de Terrasa FC SAD