La historia del Zacande Fútbol Club está llena de complicaciones. Dificultades que se han puesto en su camino obligando al club a desaparecer en varias ocasiones.

La primera, debido a problemas en el campo de Andeón, donde comenzó a jugar desde que se fundó allá por la década de los años 40.

Tras su desaparición, retomó la actividad en la década de los 60, jugando esta vez en el campo municipal de Meis de la parroquia de Mosteiro, aunque únicamente logró mantenerse durante algo más de diez años.

Pero a la tercera fue la vencida y, aunque tuvieron que pasar muchos años, nada más y nada menos que el 2000, el Zacande resurgió de sus cenizas gracias a Manuel Fernández, el padre del actual entrenador Ricardo Fernández, y parece que la formación está viviendo su momento más dulce.

Y es que actualmente el Zacande milita en la primera división autonómica, después de un histórico partido de ascenso en el que, con 1 gol frente a ninguno del filial del Choco contra el que se enfrentaban, el club dejaba atrás las seis temporadas que se mantuvo en la segunda división autonómica. Ese domingo 18 de junio de 2017 seguramente será una fecha que ninguno de ellos olvide, y no es para menos, porque consiguieron hacer historia en el fútbol del Salnés y de la provincia de Pontevedra, escribiéndolo con fuego en la memoria de los aficionados a este deporte. Una hazaña para la que el club tiene muy claro cuáles son los tres ingredientes imprescindibles: una mezcla perfecta entre la humildad, el compromiso y la ilusión. Sin contar

De carácter modesto, la directiva de la formación está compuesta en estos momentos por diez personas y cuenta con una plantilla deportiva de 21 jugadores, ninguno de los cuales recibe compensación económica alguna por ponerse la camiseta y salir con ella al campo a defenderla. El Zancade tiene ahora mismo un objetivo muy claro, aunque de una gran dificultad: mantener el ascenso y seguir demostrando que el talento no está reñido con la dimensión de un equipo.