El presente y el futuro de la S.D. Sin Querer está en manos de la junta directiva que preside Juan Carlos Vidal, y también de las circunstancias. El futuro es muy ambicioso, sin duda, pero más en el aspecto social -verdadera preocupación de los dirigentes para dar una alternativa a la juventud y a la masa social- que en el deportivo. Aunque para llegar a esta estación, que permite marcarse unos objetivos claros y ambiciosos tuvieron que pasar muchas otras circunstancias en los 84 años de vida que tiene la sociedad. Es el club modesto más antiguo de A Coruña. Un logro al alcance de muy pocos. La mayoría de aquellos que surgieron allá en la década de los años veinte fueron desapareciendo por diversas vicisitudes; sin embargo, el Sin Querer S.D. sigue vivo, sigue con la ilusión intacta, como la de aquel grupo de jóvenes de San Roque de Muera que un dia de agosto de 1922 decidieron fundar un equipo de fútbol para lograr la organización necesaria y dar la seriedad que requería a los partidos en los que empezaban a intervenir.
Todo surgió tras lograr un meritorio empate ante el equipo de San Pedro de Bizma, sus poderosos vecinos, durante un encuentro que sirvió para conmemorar las fiestas patronales de este barrio.
El resultado, que parecía imposible para la mayoria de aquellos jóvenes dado el nivel de muchos de los futbolistas que jugaban con el San Pedro, les llevó a reunirse en el arenal de San Roque para hablar del futuro y para celebrar aquel 'maravilloso' empate.
Fue el resultado final el que dio el nombre al que iba a ser nuevo club. Entendieron los protagonistas que habían empatado a dos goles 'sin querer', como así fue, así bautizaron al nuevo club: Sin Querer Sociedad Deportiva. Originalidad en la denominación que se mantiene hasta nuestros días.
Era por la segunda quincena del mes de agosto, por las fechas en las que se celebraba también el patrón del barrio -San Roque es el 16 de Agosto- aunque no se puede acreditar que sea esta la fecha exacta de la mencionada reunión. En cualquier caso, para todos los padres del nuevo club, el ver desde allá en donde estén que su idea, su creación, se mantiene viva con el paso de los años, transcendiendo incluso hasta a su propia vida, les tiene que llenar de orgullo, si así se le llama también en los cielos.
Ochenta y cuatro años de numerosas vivencias, experiencias, vicisitudes. Momentos buenos y momentos malos. En cualquier caso, momentos plenos de ilusión que permitieron al club y a sus dirigentes mantener ese espíritu hasta hoy. Los malos principios surgieron desde el principio, de la génesis del club. Las vicisitudes pudieron ser superadas gracias al enorme entusiasmo mostrado por cada uno de los que fueron los padres de lo que es en la actualidad el Sin Querer Sociedad Deportiva. El decano del fútbol modesto coruñés.
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